Después del verano, nada como un proyecto de Caracolas para no extrañar tanto el mar.
Pero este proyecto no sólo está pensado para recordarlo, en ocasiones olvidamos la belleza de las matemáticas en la naturaleza.
¡Y ahí aparecen nuestras caracolas!
Tras esa belleza de muchos de los elementos naturales que nos rodean, está una serie matemática conocida como Sucesión de Fibonacci, alias del matemático italiano Leonardo de Pisa (1170-1250). Esta sucesión es posiblemente una de las sucesiones numéricas más conocidas, dadas las propiedades que posee y la gran cantidad de veces que aparece.
De la sucesión de Fibonacci deriva por ejemplo la famosa Proporción Dorada o Número Áureo, que está presente muy frecuentemente en temas relacionados con la arquitectura, el arte o la propia naturaleza.
La serie numérica de Fibonacci se obtiene comenzando por los dos primeros números, 0 y 1, y después cada número de la serie se obtiene sumando los dos que le preceden, con lo que resulta:
0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377, 610, 987, …
Estos valores y los resultados de combinarlos aparecen con mucha frecuencia en las obras de la naturaleza, pero además, si en esta serie dividimos cada número que aparece en ella por el número que le precede, se obtiene un resultado sorprendente, y es que a medida que avanzamos en la serie, el resultado de las divisiones citadas va tendiendo, es decir se va acercando cada vez más y más, al valor: 1,618034, que es precisamente la ¡Proporción dorada o Número Aureo!, que es considerado el patrón de la proporción perfecta en campos como la arquitectura, la escultura, la pintura y muchos otros.
Así pues, esto nos hace descubrir que:
Una concha en forma de espiral como la del caracol "nautilus" muestra estos compartimentos, siguiendo la serie numérica de Fibonacci.
O que hay un ventilador inspirado en un molusco: En las conchas de los moluscos, en algunas algas y en la forma de los poros de nuestra propia piel, se encuentra una espiral logarítmica tridimensional, a través de la cual el vapor de agua se escapa. Sobre la base de esa idea se han diseñado ventiladores, hélices, rotores, etc.
Por lo cual, vemos que este proyecto guarda todo un trasfondo matemático muy interesante que nos hace ver nuestro entorno de manera distinta. Además, también han podido comprobar lo difícil que es dibujar una espiral. Trabajamos el trazo, el movimiento, las dimensiones, la rotación.
Hemos recordado el verano y el mar, pero también hemos aprendido a mirar y a observar.